Desde que se desató la pandemia a causa del coronavirus, una de las indicaciones más repetidas por los medios de comunicación y el mismo gobierno fue el permanecer en casa, esto como la principal medida de prevención ante el esparcimiento rápido del virus, pero ahora tras meses de investigación se publicó en los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos demostró que esta medida podría no ser tan efectiva como se planteó en un principio, esto debido a los resultados que arrojó la investigación hecha en 5,706 ‘pacientes cero’ que dieron positivos al virus y a las personas que estuvieron en contacto con ellos.
Se encontró que dos de cada 100 pacientes se contagiaron fuera del hogar, pero uno de cada 100 fue contagiado por su propia familia, pero la tasa de infección dentro del hogar es mayor que en exteriores, especialmente cuando los primeros casos se dan en jóvenes, niños o ancianos ya que estos grupos tienden a ser los más vulnerables y quienes más protección necesitan.
Aunque es improbable que los niños sean ‘pacientes cero’ en sus hogares, también es una parte de la población que no desarrolla sintomatología por lo que es difícil identificarlos como tal y el contagio al resto del grupo puede darse fácilmente sin que el origen sea identificado, un caso asintomático en el hogar aumenta las probabilidades de contagio y en los casos estudiados se comprobó que de entrar el virus al hogar, el contagio de la familia completa podría llegar a ser inevitable en la mayoría de los casos.
Los investigadores de los casos aceptaron que la información aún es muy limitada como para asegurar que estar resguardados en casa pueda ser tan perjudicial como salir a exteriores, pero este estudio confirma que el aislamiento no es la mejor solución para frenar los contagios ya que un paciente asintomático puede fácilmente contagiar a los de su grupo sin ser identificado.
