Si te gustó El estafador de Tinder, seguro Inventando a Anna te atrapara de inmediato, pues la serie muestra la historia de una mujer que se presenta ante el mundo como Anna Delvey, una alemana que asiste a fiestas exclusivas, disfruta de viajes y todo tipo de lujos, pues se jacta de ser heredera de una fortuna, pero en realidad todo es una trampa para estafar a sus víctimas y una de las cosas más impactantes es que esta producción de Netflix está basada en una historia real.
En la serie vimos a Anna Delvey, la supuesta heredera de una fortuna de aproximadamente 67 millones de dólares, que disfruta de ropa de diseñador y alta costura, hoteles de cinco estrellas, fiestas exclusivas, aviones privados e incluso se jacta de dejar generosas propinas en cada sitio que pisa y la historia está inspirada en la historia de Anna Sorokin, una estafadora de nacionalidad germano- rusa nacida en 1991.
La serie de Netflix se inspiró en este caso que fue descrito por Jessica Pressler en un artículo publicado en new York Magazine en el que la autora describió como Anna Sorokin y otro grupo de mujeres que se aprovechaban de incautos que le creían que era heredera.
¿Quién es Anna Sorokin?
Su nombre real es Anna Sorokin, nació en Rusia en el seno de una familia de clase media, su padre era conductor y su madre trabajadora del hogar. A los 16 años se mudó a Alemania junto a su familia y posteriormente se fue a Londres para estudiar en la Escuela de arte y diseño Central Saint Martin y volvió a cambiar de residencia cuando consiguió una pasantía en París.
Su vida criminal comenzó en el verano del 2013 cuando Anna se mudó a Nueva York y dispuesta a entrar a los círculos más exclusivos de la sociedad se presentó como Anna Delvey, una heredera millonaria alemanda que comenzó a ir a evento y galas exclusivas, en donde cada vez conocía a personas más influyentes y millonarias como el empresario Roo Rogers, Macaulay Culkin y Rachel DeLoache Williams, directora de fotografía de Vanity Fair.
Anna quería construir un club privado y un centro de arte que llevaría el nombre de Fundación Anna Delevy, por lo que recurría a cheques falsos y toda clase de artimañas con lo que consiguió casi 70 mil dólares, poco más de un millón y medio de pesos.
La joven argumentaba que por trámites burocráticos no tenía acceso a su fortuna en Estados Unidos, pero todo se arreglaría, así que pedía créditos para abrir su club de artes, se registraba con cheques sin fondo, tarjetas de crédito falsas en hoteles, para usar servicios y así acumuló miles de dólares en cuentas sin pagar.
Además, Anna estafaba a las personas que conocía, como a Rachel DeLoache Williams, a quien invitó a un viaje todo pagado a Marruecos y estando en el país, la tarjeta de la heredera fue rechazada, así que le pidió a DeLoache que pagara con la promesa de devolverle en dinero cuando arreglara su situación con el banco.
El fin de la estafa
Anna Sorokin fue investigada por fraude y arrestada el 3 de octubre de 2017 por el Departamento de Policía de Los Ángeles y el 26 de octubre del mismo año fue a juicio y se le encontró culpale de ocho cargos.
Es así como a los 28 años de edad, Anna fue condenada a prisión, pero recuperó su libertad el 11 de febrero de 2021. Después de su liberación, Netflix le pagó alrededor de 320 mil dólares por los derechos de su historia, pero no pudo recibir el dinero debido a que en Nueva York hay una ley que impide que delincuentes se beneficien de su fama derivada del crimen.
Anna Sorokin volvió a ser arrestada seis semanas después de ser liberada, ahora por estar de manera ilegal en Estados Unidos y desde entonces permanece en custodia y en espera de una posible deportación a Alemania.
