Los mariscos, en especial los camarones, son algunos de los alimentos que más podemos encontrar en esta temporada en la que por costumbres religiosas se deja de lado la carne roja, pero aunque tiene diversas propiedades, el exceso de estos puede ser contraproducente, aquí te explicamos la razón.
De acuerdo con información de la Dra. Elvira Sandoval Bosch, Nutriologa Clínica, Académica y Profesora del Departamento de Sanidad Pública de la Facultad de Medicina, UNAM, los mariscos son ricos en proteínas de alta calidad, omega 3, fósforo, calcio y grasa no saturada.
Eleva niveles de colesterol
Por otra parte, el portal especializado ‘Eat this, not that’ explica que en específico los camarones son una gran fuente de proteína y una excelente forma de incorporar minerales a nuestra dieta, pero una porción de 85 gramos tiene alrededor de 140 miligramos de colesterol, además si son preparados con mantequilla, coco o empanizado, la ingesta de grasas incrementa de forma considerable.
“Es probable que el consumo excesivo de colesterol contribuya al riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares, ya no existe una recomendación establecida para el colesterol dietético, pero la mayoría de los profesionales de la nutrición sugieren mantener la ingesta por debajo de 300 miligramos al día”, indica el portal.
Exceso de sodio
Los camarones son ricos en sodio, pero al consumirse diario eleva el riesgo de enfermedades cardiovasculares, en especial para quienes ya tienen factores de riesgo.
Aumento del ácido úrico
El exceso de consumo de estos alimentos derivará en que los niveles de ácido úrico en la sangre sean elevados, ya que el cuerpo no es capaz de eliminar dicha sustancia de forma veloz como sucede con otras sustancias.
Es por esta razón que incrementa el riesgo de padecer enfermedades como la gota, una enfermedad reumática que se produce por la formación de cristales de ácido único en los tejidos de las articulaciones.
Intoxicaciones
Según datos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, el consumo de las cabezas de los camarones no es recomendable, ya que son considerada “carne oscura”; es decir, que puede contener cadmio, un metal muy dañino.
Un estudio hecho por la Unión Europea menciona que los sulfitos pueden provocar reacciones alérgicas, ataques de asma y urticaria.
