Con la llegada del 2026 cada vez más cerca, las profecías atribuidas a Nostradamus han vuelto a colocarse en el centro de la conversación. Sus visiones sobre conflictos internacionales y episodios de violencia cobran especial relevancia en un escenario global marcado por guerras activas y tensiones políticas. En este contexto, seguidores del astrólogo y boticario francés han retomado algunos de sus textos más enigmáticos, interpretándolos como advertencias de un periodo complicado para la humanidad.
Una de las predicciones que más inquietud ha generado es la que menciona un “enjambre de abejas”, un símbolo que, según lecturas modernas, estaría relacionado con enfrentamientos entre potencias de Oriente y Occidente. Para muchos creyentes, esta imagen no es casual y se enlaza con la idea de que los conflictos actuales no solo persistirán, sino que podrían intensificarse en los próximos años.
¿Qué predijo Nostradamus sobre el año 2026?
Michel de Nostredame, mejor conocido como Nostradamus, escribió en el siglo XVI una serie de versos proféticos que fueron recopilados en su libro ‘Les Prophéties’, publicado en 1555. A diferencia de otros videntes, sus predicciones quedaron registradas por escrito, lo que ha permitido que, siglos después, sean reinterpretadas a la luz de los acontecimientos contemporáneos.
De acuerdo con estas interpretaciones, el astrólogo francés habría advertido que el 2026 estaría marcado por una fuerte agitación política a nivel mundial. Sus seguidores aseguran que habló del surgimiento de un nuevo conflicto de gran escala entre naciones de Oriente y Occidente, un escenario que hoy preocupa.
El inquietante simbolismo del enjambre de abejas
Uno de los pasajes más citados en relación con el 2026 es aquel en el que Nostradamus menciona a un “gran enjambre de abejas” que se levantará en la oscuridad. Aunque el texto original es ambiguo, muchos intérpretes consideran que las abejas representan a líderes o fuerzas de poder que se movilizan de manera organizada para ejercer control y expansión.
Esta metáfora ha sido asociada con estrategias militares, invasiones y decisiones políticas que afectan a millones de personas. Para algunos analistas simbólicos, el enjambre no alude a insectos reales, sino a ejércitos, alianzas o figuras de poder que “descienden” sobre territorios estratégicos.
Nostradamus y sus predicciones más famosas
La figura de Nostradamus ha ganado fama mundial por la supuesta exactitud de varias de sus profecías. Entre las más citadas se encuentran interpretaciones que lo vinculan con la muerte de la princesa Diana, los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y, más recientemente, la pandemia de Covid-19.
Estas coincidencias han reforzado la creencia de que sus escritos contienen advertencias cíclicas sobre crisis globales. A diferencia de otros oráculos como Baba Vanga, cuyas visiones se difundieron de forma oral y a través de terceros, las cuartetas de Nostradamus se mantienen como un texto fijo, abierto a múltiples lecturas.
¿Habrá una nueva guerra entre Oriente y Occidente?
Otra de las predicciones atribuidas a Nostradamus para el 2026 señala un recrudecimiento de las tensiones entre Oriente y Occidente. Sus seguidores recuerdan que en el pasado se han relacionado sus versos con episodios como las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, así como con conflictos ideológicos y militares del siglo XX.
Actualmente, el mundo observa con preocupación la guerra en Ucrania, que se acerca a cumplir tres años desde el inicio de la invasión rusa, así como el conflicto en Medio Oriente, particularmente la ofensiva de Israel en Gaza. Estos escenarios alimentan la idea de que las advertencias del astrólogo podrían estar materializándose de nuevas formas.
La mención del Ticino y la violencia en Europa
En otro de sus versos, Nostradamus habla del desbordamiento de sangre en el Ticino, una región ubicada en Suiza conocida por sus paisajes naturales, bosques y lagos. Aunque históricamente ha sido una zona pacífica, los intérpretes consideran que esta referencia podría simbolizar que la violencia alcanzará lugares que tradicionalmente han estado al margen de los grandes conflictos.
La alusión a ciudades favorecidas que luego enfrentan tragedias es vista como una advertencia sobre la fragilidad de la estabilidad europea ante crisis políticas, económicas o bélicas que podrían escalar rápidamente.

