Bea, una de las concursantes más queridas y carismáticas de ‘La Granja VIP’, ha conmovido a los televidentes al revelar que desde los 12 años vive con una enfermedad incurable que marcó profundamente su vida. La confesión surgió durante una conversación con sus compañeros dentro del reality, donde la influencer se sinceró sobre el padecimiento que ha aprendido a aceptar con el paso del tiempo, aunque durante muchos años le generó inseguridad y vergüenza.
Bea explicó que convivir con su enfermedad no ha sido fácil, especialmente durante su adolescencia, una etapa en la que se sentía diferente y trataba de ocultar su condición por miedo al rechazo.
¿Qué enfermedad tiene Bea de ‘La Granja VIP’?
En una conversación dentro del reality, Bea contó que a los 12 años comenzó a notar pequeñas manchas claras en su piel. Al principio pensó que era algo pasajero, pero con el tiempo esas marcas se extendieron, y los médicos le confirmaron que tenía vitiligo, una enfermedad autoinmune que no tiene cura.
La concursante explicó que durante su adolescencia esta condición afectó profundamente su autoestima.
“Cuando me empezó a salir el vitiligo tenía como 12 años, entonces me daba mucha vergüenza que la gente lo viera”, pero con el paso de los años y el apoyo de su familia, aprendió a transformar esa inseguridad en una fortaleza.
¿Qué es el vitiligo y por qué no tiene cura?
El vitiligo es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico destruye los melanocitos, las células responsables de producir la melanina, el pigmento que da color a la piel, el cabello y los ojos. Como resultado, aparecen manchas blancas o despigmentadas en distintas partes del cuerpo.
Aunque no es contagioso ni representa un riesgo grave para la salud física, su impacto emocional puede ser muy fuerte, especialmente en la adolescencia o en personas expuestas al ojo público, como los artistas o figuras mediáticas. No existe una cura definitiva, aunque algunos tratamientos dermatológicos pueden ayudar a detener el avance o repigmentar parcialmente la piel.
Bea ha dicho que, con el tiempo, aprendió a dejar de ocultar las manchas y a ver su cuerpo como una parte esencial de su identidad. En redes sociales ha mostrado con orgullo las zonas afectadas.



