La tercera temporada de ‘El Juego del Calamar’ ya está disponible en Netflix y no ha decepcionado: es brutal, impredecible y devastadora. El desenlace de la exitosa serie surcoreana no escatimó en muertes, y varios personajes clave encontraron un destino violento en medio de los juegos más crueles que se han visto hasta ahora.
Esta entrega marca el final de la historia de Seong Gi-hun y su lucha por desenmascarar al sistema que lo destruyó desde dentro, por ello a lo largo de los nuevos episodios, se revela el destino de cada uno de los jugadores que lograron llegar a la etapa final.
Con pruebas más letales y emocionales que nunca, ‘El Juego del Calamar 3’ no solo ofrece tensión al máximo, sino que obliga a los protagonistas a enfrentarse no solo entre ellos, sino también a sus peores decisiones.
¿Quiénes mueren en la temporada 3 de 'El Juego del Calamar'?
Estos son los personajes que no logran sobrevivir a la última edición de los juegos:
- Dae-ho (3889
- Chamana Seon-nyo (044)
- Minsu (125)
- Hyun-ju (120)
- Myung-gi (333)
- Jung-hee (222)
- Yong-sik (007)
- Geum-ja (149)
- Nam-gyu (124)
- Gi-hun (456)
¿Cómo se dieron las muertes más impactantes de ‘El Juego del Calamar 3’?
La temporada comienza con la muerte de algunos de los personajes más queridos desde los primeros episodios, como es Geum-ja, quien había sido la voz de esperanza para Gi-hun, muere suicidándose su muerte es rápida, pero sumamente dura.
Hyun-ju, por su parte, muere asesinada por el jugador 333. Ella había sido una de las más fuertes físicamente, pero la presión emocional y la fatiga acumulada la hacen fallar en el momento más crítico.
Jun-hee, la joven embarazada, tiene uno de los finales más conmovedores. Su historia había captado la empatía del público desde la temporada anterior y en su última escena pierde la vida sacrificándose por su bebé.
¿Qué papel juegan los muñecos Young-hee y Cheol-su en las nuevas muertes?
Los icónicos muñecos de la serie reaparecen en un nuevo formato aún más aterrador. En el reto del ‘Salto de Cuerda Larga’, los participantes deben seguir el ritmo que ellos marcan. La cuerda, electrificada, elimina a cualquiera que tropiece o se atrase.