Ir a un lugar a hacerse manicura es cada vez más popular, los cuidados de un profesional pueden hacer maravillas cuando de mejorar el aspecto de las manos se trata, se supone que quienes se dedican a realizar este tipo de procedimientos saben perfectamente cómo realizarlos para que los resultados sean satisfactorios.
Cuando se va a un salón de uñas los riesgos son mínimos, ponerse uñas postizas no es precisamente algo que pueda salir mal si se acude con un experto, pero es una historia diferente cuando quien lo realiza no tiene idea de cómo hacer su trabajo y esto es justo lo que le pasó a Emma Jones.
La joven originaria de Manchester acudió a un salón del cual no sabía nada a ponerse unas sencillas uñas de punta redondeada, durante el proceso de aplicación, Emma le contó al medio local Mamamia, que pasó mucho tiempo hablando de un viaje que había hecho a Turquía con el técnico que la atendió y no se percató del resultado hasta que se subió a su auto.
Lo que vio la horrorizó ya que las uñas que tenía en los dedos no se parecían en nada a lo que ella había pedido, básicamente sus dedos habían desaparecido debajo del pedazo de acrílico que le habían colocado sobre su uña real. Usualmente cuando la uña que se va aplicar no es del tamaño exacto lo que se debería hacer es limar hasta conseguir que encaje perfectamente, pero no fue el caso de esta joven.
Inmediatamente acudió con una de sus tías que también se dedicaba a colocar uñas para que se las arreglara, ella accedió pero no sin antes tomar y compartir fotografías del desastre, para advertir sobre los salones que ofrecen estos procedimientos sin tener expertos o personas con experiencia para realizarlos, lo peor de todo es que pago 35 libras ($900) por este procedimiento.
