El reconocido comediante Óscar Burgos, conocido por su papel como el perro Guarumo, ha generado risas y entretenimiento en el público durante años con sus ingeniosos chistes y ocurrencias.
Sin embargo, tras la sonrisa en el escenario se ocultaban duros momentos relacionados con las adicciones. En una entrevista reveladora con Yordi Rosado, Burgos se sinceró sobre su pasado marcado por el consumo de drogas, brindando detalles impactantes sobre su lucha personal.
En un relato íntimo, Óscar Burgos compartió cómo su relación con las drogas comenzó a una temprana edad, a los 12 años, cuando fue influenciado por compañeros mayores en su colonia. "Yo a los 12 años ya fumaba mota... Lo único que tenía que hacer para entrar a su grupo era fumar mota", confesó Burgos. Este inicio fue solo el preludio de una batalla más intensa que enfrentaría años después, cuando ya era un exitoso comediante en la televisión y dueño de un bar de comedia.
"A los 30 años, cuando ya trabajaba en la televisión y tenía mi propio bar de comedia, me hice muy adicto", relató el comediante. El éxito y el dinero parecían haber exacerbado su consumo, convirtiéndolo en una rutina diaria de drogas desde el momento en que se despertaba. "Me despertaba, hacía dos líneas de coca, luego prendía un toque, me aventaba un vodka y un rivotril. Ese era mi desayuno y de ahí todo el día, perico, pisto, toque, todo el día", confesó Burgos.
La adicción alcanzó niveles críticos, llevando a Burgos a métodos extremos como introducir cocaína en sus ojos cuando su nariz ya estaba demasiado dañada para consumirla por esa vía. "Ya no podía (por la nariz), entonces jale mi párpado, por los ojos me leía cocaína", describió.
El punto de quiebre llegó con un intento de suicidio, que eventualmente lo llevó a la puerta de una clínica de rehabilitación. El dueño de la televisora en la que trabajaba intervino, ofreciendo cubrir los gastos de tratamiento. "Ya era famoso cuando llegué a Oceánica y había gente importante ahí también... Muchas personas dicen que salí de las adicciones por mi fe en Dios, otras dicen que es por mi amor a mis hijos, pero fue mi ego", reflexionó Burgos sobre su proceso de recuperación.
La valiente revelación de Óscar Burgos ofrece una mirada sincera a los desafíos que enfrentó en su batalla contra las adicciones. Su historia sirve como recordatorio de que la fama y el éxito no son inmunes a los problemas personales, pero también destaca el poder de la determinación y el apoyo para superar obstáculos.
