Resulta ya imposible imaginar al Príncipe Harry a lado de otra mujer que no sea Meghan Markle, la pareja es una de las más queridas por el público, incluso ha llegado opacar a los herederos de la corona Kate y William en numerosas ocasiones.
La química de la actriz con el hijo menor de la Princesa Diana es innegable, la forma en la que se han presentado ante los medios y el público les ha dado mucha popularidad, pero esto no quiere decir que Harry no tuviera relaciones conocidas antes de casarse con Markle.
Él durante sus años de juventud se vio envuelto en varios escándalos que involucraban borracheras en compañía de misteriosas mujeres y al ser de la realeza la incógnita de quién se uniría a su familia era constante, los tabloides británicos no paraban de seguirlo y estas fueron algunas de las candidatas a Duquesa de Sussex.
Una de sus primeras novias fue Chelsy Davy, hija de un millonario operador de safaris, la conoció en 2004 cuando viajó a Sudáfrica, fue una de sus relaciones más largas, pero también una muy inestable en la que terminaban y regresaban con demasiada frecuencia, la joven era la favorita para convertirse en la esposa del príncipe ya que fue invitada a muchos actos reales, pero terminaron definitivamente en 2011, mantuvieron una relación de amistad desde entonces y ella fue invitada a la boda de su ex novio con la actriz.
Una de sus relaciones más polémicas fue la que tuvo con la presentadora de deportes Natalie Pinkham, ella es ocho años mayor que él, su relación dio mucho de qué hablar cuando se publicaron fotografías de la presentadora de deportes besando al príncipe y aunque su relación nunca se confirmó las fotografías probaron que no eran solo amigos.
Otros de sus romances más sonados fueron con Florence Brudenell una aristócrata que conoció tras romper con Davy, ella es una modelo de lencería y pasarela con la que no duró mucho y su casi prometida Cressida Bonas, una actriz y bailarina con la que terminó por su aversión a la atención que significaba ser novia de un príncipe, su relación duró tan solo dos años.
